de aquel violín roto,
de aquella melodía que alguna vez se escuchó,
y que aún sigue guardada en el alma del amor.
Hoy todos olvidaron,
que aquel violín aún siente,
que todavía vive y sueña,
y que aunque pocos lo quieran
aún ama con fervor.
Hoy se sintió abandonado;
pero no sintió tristeza,
su alma se percató de que a veces,
el amor no basta,
la belleza no alcanza,
y la soledad es eterna.
Sin tristeza y con valor
recordó un mundo cruel,
y el delirio de querer y ser querido,
que ya conserva perdido.
Y en un delirio profundo,
muere y nace aquel violín,
toca y calla para si,
y vive para sentir,
y tambien muere por vivir..
en el alma del amor.
(Ana Milena Mejia Gòmez)
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